3 de febrero de 2009

SIN TIEMPO PARA PEDIR TIEMPO

Publicado en el Diario Útima Hora el 31 de enero de 2009

El Gobierno debe asumir con seriedad la problemática económica, hacer a un lado el populismo, plantarse ante las Centrales Obreras, y declarar el 2009 como año de emergencia económica nacional...

A comienzos de 2008 ya se presagiaba una crisis financiera mundial, aunque entonces nadie dimensionaba el tamaño de las pérdidas ocurridas en el último trimestre del año pasado.

Dicho con otras palabras, ni los más reconocidos y estudiosos de la economía nacional y mundial, un año atrás, habrían pronosticado la magnitud de las consecuencias que hoy se observan a través de una gran recesión, del cierre de empresas, de quiebras multimillonarias y pérdidas de fuentes de empleos, entre otros.

Tampoco se esperaba que sus efectos llegaran tan rápido a los países de nuestra región.

Si localizamos el problema y le sumamos las pronosticadas significativas pérdidas que se producirían en 2009 a causa del fenómeno climatológico de la prolongada sequía, sumamente adverso para la producción agrícola, podríamos encontrarnos ante un año económico más que dramático para el país y la región.

Es por eso que resulta un desatino que el Gobierno pida tiempo al sector empresarial para tratar un plan que haga frente a la crisis económica 2009.

A su vez, deviene irresponsable el tratamiento aislado del referido plan anticrisis, que se otorga al estudio del incremento del salario mínimo.

Y en el medio de todo, un injustificado continuismo del llamado Consejo de Salario Mínimo quien dictaminó que “están dadas las condiciones para dicho aumento”.

Pregunto: ¿en que mundo viven quienes así lo suscribieron?

Cierto es que la palabra final la tiene el Poder Ejecutivo pero su Titular parece estar más preocupado por el problema del Amazona y el Foro Social Mundial que se desarrolla en Belem, Brasil, cuando que su presencia urge en el país.

Decretar un incremento del salario mínimo -que en Paraguay es el máximo con relación a los demás países de la región- en estos momentos significaría echar más leña al fuego provocando el aumento del desempleo, empujando a muchas empresas a recurrir al mercado laboral paralelo o negro.

El Gobierno debe asumir con seriedad la problemática económica, hacer a un lado el populismo, plantarse ante las Centrales Obreras, y declarar el 2009 como año de emergencia económica nacional.

Ello implica dejar de lado las bastardas intenciones politiqueras y que el Congreso Nacional como el Poder Ejecutivo emprendan un Plan Anticrisis a través de una abierta mesa de diálogo donde nadie quede excluido.

El Gobierno tampoco debe olvidar que esta crisis financiera internacional, de la que Paraguay no es inmune, tiene sus connotaciones geopolíticas porque coincide con el mayor conflicto estratégico desde la caída del muro donde la relación entre los EEUU y Rusia es nuevamente tensa.

Nada de lo que está pasando le debe de resultar inesperado, por lo que su cuota de responsabilidad es aún mayor.

Y tanto es así que al contrario de lo que ocurrió en con el tsunami, hay que ser muy ignorante o estar demasiado ideologizado para pensar que el viento de cola internacional estaba asegurado eternamente.

En síntesis, no hay tiempo para pedir tiempo, la crisis no espera, el regreso de los compatriotas del exilio económico no cesa, por el contrario aumenta día a día, basta con visitar la terminal aérea con vuelos abarrotados de personas en su mayoría procedentes de Europa y EEUU, no precisamente para pasar unas vacaciones y visitar a la familia.

Basta de tanta lentitud, basta de pensar en que el problema es ideológico, basta de tanta politiquería tóxica, basta de todo.

A remangarse, ponerse las pilas y trabajar para enfrentar la crisis.

El pueblo que apostó al cambio el 20 de abril de 2008 así lo exige.

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