26 de octubre de 2008

Y LA VIDA SIGUE IGUAL

Publicado en el Diario Útima Hora el 25 de octubre de 2008

Al igual que cada año, se instaló una gigantesca cortina de humo que terminó relegando el debate público sobre el Presupuesto 2009, con lo que se evitó, una vez más, debatir a fondo acerca de los grandes problemas sociales.

El Presupuesto 2009 debió ser el primer y más importante examen para el nuevo Gobierno, o, mejor dicho, para “el Gobierno del Cambio”. Por lo menos en el Proyecto presentado por el Poder Ejecutivo debió quedar plasmado, en términos económicos, aquello que se pretende para el país en el plazo más corto; como también tuvo que contemplar en el aspecto social -el más castigado por el hambre y la pobreza- las políticas y planes estratégicos que urgen definir en materia de salud, educación, seguridad y crecimiento económico.

Sin embargo, como islas actuaron los responsables de las reparticiones públicas pidiendo gastar más y más. Es cierto, la necesidad es grande, los que se fueron luego de 6 décadas dejaron la caja vacía, sin embargo no puede un Gobierno que dice llegar para el cambio hacer a un lado el sentido de solidaridad y, sobre todo, de comunidad. Y -hete aquí- que llegó la crisis financiera que no debió tomar por sorpresa a los entendidos de la economía nacional porque el derrumbe de las bolsas se veía venir desde principios del nuevo milenio. Y, al igual que cada año, se instaló una gigantesca cortina de humo que terminó relegando el debate público sobre el Presupuesto 2009, con lo que se evitó, una vez más, debatir a fondo sobre los grandes problemas sociales.

Sin embargo, para otras cosas, se tuvo todo el tiempo del mundo. Hubo audiencia pública para decidir hacer el Rally del Chaco, el presidente Lugo justificó su veto a la ley “Lambaré vs. Asunción” en la falta de consulta popular. Los villetanos también protestaron porque no fueron consultados para instalar el vertedero donde van a parar las basuras lambareñas. Y paro de contar que tanto humo me ahoga en la cortina.

O sea, consulta y debate para cualquier cosa menos para la Ley económica más importante del país en plena crisis. ¿Será que algún miembro del nuevo Gobierno se habrá enterado que el 16 de octubre fue el Día Mundial de la Alimentación y que muy pronto pasará a denominarse Día Mundial del Hambre? Al respecto, el ex presidente de EE.UU., Bill Clinton, pidió a la comunidad internacional que deje de utilizar la crisis financiera mundial “como excusa” para evitar enfrentarse al aumento del hambre, porque a largo plazo, tan solo la autosuficiencia agrícola podrá ayudar a reducir el hambre en el mundo y evitar el riesgo de futuras dificultades financieras.

Si alguien sabe que esto llegó a oídos de algún miembro del Gobierno me avisan por favor. ¿Será que nuestros Gobernantes manejan informaciones como la del precio de los alimentos que están por las nubes, que su costo aumenta con una rapidez inusual, que ello se percibe en todo el mundo y que lo sufren sobre todo los más pobres? ¿Sabrán que el cambio climático y el incremento de la demanda de biocombustibles son parte del problema? ¿Se financiarán con el presupuesto 2009 actividades que respondan a políticas públicas de carácter social como prioritaria a cualquier otra?

Nos prometieron coches sin ruedas que volarían por encima de la calzada para ahorrar combustible, nos prometieron banquetes de dos píldoras en las que estaban condensados todos los nutrientes necesarios, nos prometieron robots inteligentes que nos facilitaran las tareas del hogar, nos prometieron que la vida nunca más sería igual. Y, al final, la vida sigue igual.

¡HAMBRE!

Publicado en el Diario Útima Hora el 20 de octubre de 2008

El aumento de los precios de la comida en el mundo, durante los dos últimos años, ha oscilado entre el 35 y el 70 por ciento, lo que ha conducido a que millones de personas no estén en capacidad de adquirir el mínimo básico para su nutrición.

Cerca de 930 millones de personas en el mundo sufren de hambre, de acuerdo con los informes divulgados por la FAO. Esto significa que en el último año ingresaron al club de los más pobres alrededor de 70 millones de personas adicionales. La razón de este incremento en el número de hambrientos en el planeta se debe al alza inusitada de los precios de la comida. América Latina también hizo su aporte a esta dramática realidad, al agregarle 6 millones de personas a la lista de pobres extremos, que ahora suman 51 millones, según cifras del Observatorio del Hambre de la FAO.

Ha quedado comprobado que cerca de 82 países no están en capacidad de autoabastecerse alimentariamente y dependen de las importaciones, las cuales están escaseando por dos razones esenciales: la primera, porque los países productores han restringido los negocios con el exterior para proteger la seguridad alimentaria interna y, segunda, porque los precios han subido exageradamente.

El aumento de los precios de la comida en el mundo, durante los dos últimos años, ha oscilado entre el 35 y el 70 por ciento, lo que ha conducido a que millones de personas no estén en capacidad de adquirir el mínimo básico para su nutrición. Incluso, los programas mundiales de asistencia alimentaria de emergencia han tenido que recurrir a donantes internacionales para evitar una reducción drástica en la cantidad de raciones que distribuyen diariamente alrededor del mundo.

Es importante recordar que existen cinco elementos que están atentando contra la seguridad alimentaria: 1) los alimentos se convirtieron en commodities bastante apreciados en la especulación bursátil; 2) hay un crecimiento de la demanda por parte de 650 millones de chinos, hindúes, mexicanos y brasileños que han visto multiplicar sus ingresos; 3) el cambio climático ha afectado las cosechas de cereales, leguminosas y granos; 4) subieron los costos de los fertilizantes; 5) muchas biomasas básicas en la alimentación humana se destinan para la producción de etanol.

Estas cinco variables han presionado al alza de los precios de la comida, lo que ha originado no sólo el regreso a la miseria de millones de personas, que habían logrado mejores condiciones de vida gracias a las políticas públicas orientadas al cumplimiento de los Objetivos del Milenio, sino que han acelerado la inflación en muchos países y contribuido a la crisis financiera que hoy afecta al mundo entero. Y aunque exista la mejor buena voluntad de trabajar en programas de seguridad alimentaria y de luchar contra el hambre, los recursos son bastante limitados y, por lo tanto, los impactos no son lo suficientemente fuertes para enfrentar con éxito esta crisis de carácter humanitario, que sólo es posible superarla con políticas nacionales que orienten gran parte de los esfuerzos y atención del presupuesto público, para vencer la miseria. Pero también es necesario que el sector privado asuma un papel mucho más protagónico.

Entonces, para las “cortinas de humo”, tales como: si se realiza o no el rally; los límites “históricos” de Lambaré y Asunción; la compra del avión presidencial; la definición de la presidencia de la ANR, entre otros temas baladíes, no existe mejor respuesta que las estadísticas. Y estas dicen que en el mundo el hambre sigue creciendo de manera abismal donde aproximadamente el 33% de los niños menores de 10 años tienen problemas de desnutrición global.

13 de octubre de 2008

LA PUBLICIDAD DEL ESTADO

Publicado en el Diario Útima Hora el 11 de octubre de 2008

Que este revés económico mundial no sea aprovechado para imponer la mordaza a periodistas y medios, con adjudicaciones dirigidas de espacios publicitarios del Estado.

El pasado sábado, en el programa Debate Abierto que se difunde por Radio Caritas, escuché una entrevista efectuada por su conductor Roque Acosta al dirigente campesino Alberto Areco. El periodista observó al entrevistado sus exigencias al nuevo Gobierno habiendo transcurrido apenas poco más de 30 días de su asunción.

Ello me llevó a reflexionar acerca de si necesariamente deben transcurrir 100 días para iniciar los cuestionamientos y reclamos. Pienso que en la ruta hacia los 100 días apenas se podrán vislumbrar señales, signos, ya sea del transito por el camino del cambio o hacia el atolladero del continuismo. Hasta ahora, particularmente, percibo más lo segundo. A simple modo de ejemplo están las promesas de cambio en cuanto a la transparencia de la administración y negociación de los bienes y derechos nacionales relacionados con las Entidades Energéticas Binacionales.

Y para muestra bastan no más de dos monedas prometidas: 1) cambios profundos en la administración, aplicación y control de los gastos sociales, y 2) el fin de la adjudicación arbitraria de los contratos de publicidad. En lo que hace a los gastos sociales, todo hace suponer que permanecerá igual en el aspecto formal, o sea, sin cambios. Su administración y aplicación, como desde antaño, estará fuera del alcance del Estado paraguayo y, por tanto, no integrarán las estadísticas, distorsionarán la economía y no se incorporarán al Presupuesto General de la Nación.

Con respecto a la política de adjudicación de espacios publicitarios, este medio de prensa se hizo eco en la semana de la arbitraria asignación de recursos a periodistas y conductores de programas, durante el mandato de Nicanor duarte Frutos, sin embargo entre el martes y el jueves pasado, los espacios televisivos cuyos conductores encabezaban el ranking de facturación durante la cuestionada gestión de Víctor Bernal al frente de Itaipú, volvieron a difundir apoyos publicitarios, esta vez de la Entidad Yacyretá. Todo esto en coincidencia con el discutido Acuerdo Constitucional otorgado por el Senado a los nuevos Directores de los Entes Binacionales.

Podrán justificar los responsables de la política comunicacional del gobierno aliancista que estos programas contaban con créditos por pagos adelantados o contratos en firme que cumplir. Sin embargo, en el caso de Itaipú, el 13 de mayo de 2008 esta Entidad comunicó a los medios que la vigencia de sus mensajes institucionales terminaban el 15 de mayo. También podrán aseverar que se trata de un nuevo estilo de difusión en los medios, con el apoyo de estas Entidades, bajo la denominación de "comunicación para el desarrollo".

Pero: ¿cuál fue el criterio para la distribución de los espacios y la adjudicación de las tandas? ¿ya ha sido contratada la Agencia que intermediará entre los Organismos del Estado y los medios, la contratación de los espacios? ¿cual será el criterio de adjudicación? ¿existe una política que garantice la transparencia en el proceso? Esto último es sumamente importante, más aún cuando se avizoran épocas de vacas flacas donde la crisis financiera mundial causará estragos y afectará sin dudas al mercado publicitario.

No sea que este revés económico mundial inesperado sea aprovechado para imponer la mordaza a periodistas y medios, con adjudicaciones dirigidas de espacios publicitarios del Estado, emulando a la nefasta política comunicacional instalada durante el Gobierno del ex presidente argentino Néstor Kirchner.

6 de octubre de 2008

ECONOMÍA DE PAPEL

Publicado en el Diario Útima Hora el 4 de octubre de 2008

Tanto en 1929 como en 2008, los especuladores instalaron un sistema financiero con mecanismos que apuntan a la concentración de renta y riqueza.

Para comprender lo que está ocurriendo con las finanzas a nivel mundial y su crisis actual es importante rememorar aquellos factores que alguna vez volvieron necesario el funcionamiento del mercado de valores para una movilización multiplicadora y efectiva de los capitales.

Es así como las bolsas de valores se crearon, fundamentalmente, para: 1) canalizar el ahorro hacia la inversión como contribución al proceso de desarrollo económico; 2) poner en contacto a las empresas y entidades del Estado, necesitadas de recursos de inversión, con los ahorristas; 3) conferir liquidez (dinero) a la inversión, de manera que los tenedores de títulos (papeles) puedan convertir en dinero sus acciones u otros valores con facilidad; 4) favorecer una asignación eficiente de los recursos, y 5) constituir el mejor instrumento de valoración de activos financieros.

Sin embargo, estas loables intenciones nunca eximieron a las bolsas de los riesgos de los ciclos económicos como tampoco de los fenómenos psicológicos que pueden elevar o reducir los precios de los títulos y acciones. Y es por esto que llegaron a ser consideradas barómetros de los acontecimientos económicos y sociales.

Fue así como el mercado bursátil mundial ha ido evolucionando hasta alcanzar niveles tecnológicos que permitieron a sus agentes operar desde sus oficinas, con lo que quedó en silencio el tradicional golpe del martillero para dar paso a la rueda informática, a través de redes de computadoras.

Hasta aquí todo bien hasta que llegaron los especuladores y timberos que degeneraron el negocio. Y en este contexto, la bolsa de valores de Nueva York, más conocida como Wall Street, ha contado con un crecimiento inusual así como desmedida fue la aparición de los especuladores que se aprovecharon de incautos compradores de acciones que depositaron cuanto tenían apostando a una economía mentirosa o de papel.

Los empresarios inescrupulosos, con sus cómplices agentes, corredores, contadores y auditores, inflaron los valores de sus negocios comerciando basuras en lugar de acciones, olvidando que la economía debe estar al servicio de la persona, dirigiendo su objetivo central hacia el lucro inmediato en los negocios con títulos públicos, monedas y derivados. Y es así que tanto en 1929 como en 2008, los especuladores instalaron un sistema financiero con mecanismos que apuntan a la concentración de renta y riqueza.

Entonces, cuan importante resulta desempolvar la Doctrina Social de la Iglesia que en su compendio DSI Nº 234 nos recuerda que “el objeto de la economía es la formación de la riqueza y su incremento progresivo, en términos no solo cuantitativos sino cualitativos: todo lo cual es moralmente correcto si está orientado al desarrollo global y solidario del hombre y de la sociedad en la que vive y trabaja. El desarrollo, en efecto, no puede reducirse a un mero proceso de acumulación de bienes y servicios. Al contrario, la pura acumulación, aún cuando fuese en pro del bien común, no es una condición suficiente para la realización de una auténtica felicidad humana” (sic).

Es tiempo de terminar con las mentiras de los economistas que nos venden un mundo de rascacielos vacíos presentándonos una “primavera macroeconómica” frente a un “crudo invierno” de pobres que ocupan cada vez más los espacios del mapamundi mundial.