9 de marzo de 2009

LA CRISIS DEL REGRESO

Publicado en el Diario Útima Hora el 21 de febrero de 2009

Una alianza desmembrada y una oposición que balconea esperando ver pasar al cadáver del enemigo son signos de preocupación...

Para ilustrar ciertas realidades no hay nada mejor que los cuentos.

En una rueda de amigos a alguien se le ocurrió plantear distintos escenarios ante la utópica posibilidad de declarar la guerra a los EEUU.

Pero hete aquí que quien hizo tal planteamiento cerró la ronda con la pregunta ¿y si ganamos?

Se dio por terminada la tertulia, como siempre sin respuestas.

Y es lo bueno de las discusiones utópicas que también sirven de vitaminas para el cerebro.

Pero en política generalmente se recurre a las utopías con otros propósitos.

Es así como con promesas fatuas o con propuestas impensables de ocurrir se intenta persuadir o convencer al electorado.

En las pasadas elecciones nacionales un caballito de batalla de la oposición hoy convertida en gobierno fue el tema de la migración.

Y dada su sensibilidad, porque afecta fundamentalmente a la familia como núcleo central de la sociedad, en nombre del éxodo o exilio económico se hicieron muchas promesas.

Desde aquella frase del P Más “que se vayan todos” hasta las propuestas del retorno al trabajo digno en su patria.

Es así como se sucedieron las visitas de los candidatos a la Argentina como a países europeos, con énfasis en Buenos Aires y Madrid, principales capitales que albergan a más del millón de paraguayos.

Las propuestas coincidentes se centraron en dos aspectos: asegurar una reforma constitucional que permita el voto de los residentes en el exterior y la generación de fuentes de empleo para un regreso digno.

Pero la ¿inesperada? crisis financiera mundial, cuya mayor secuela es el desempleo y que solo en China ya está dejando a 20 millones fuera del mercado laboral formal, por su rápida ocurrencia, ahora nos convoca a una nueva tertulia para intentar contestar la interrogante: ¿qué hacemos ahora que vuelven?

Y es que se hace cada vez menos posible la permanencia de un buen contingente de compatriotas en el exterior.

Esta realidad a largo plazo en campaña electoral hoy es un clamor inmediato.

Esta cuasi utopía un par de meses atrás hoy urge respuesta.

Y lo más lamentable es que no se vislumbran, a seis meses de su asunción, desde el Gobierno un verdadero plan antidesempleo.

Pareciera que los tiempos de Fernando Lugo y su entorno no se encuentran en la misma frecuencia de los tiempos del mundo.

Ellos deben dar un giro radical al modelo de Gobierno y de encarar la crisis, buscando soluciones no sólo al retorno de los compatriotas sino a la merma prevista en la remesa de divisas para el próximo quinquenio.

La crisis que provoca un escape masivo de los inmigrantes, es un suceso que apura el cumplimiento de promesas en un término demasiado menor al esperado y con remota posibilidad de aceleración de la economía que permita el crecimiento del empleo.

Una alianza desmembrada y una oposición que balconea esperando ver pasar al cadáver del enemigo son signos de preocupación.

La clase política debe preocuparse por la delicada situación del emigrante en lugar de ocuparse vanamente del cambio en la Justicia.

Perdón, del cambio de nueve por nueve, porque el cambio del funcionamiento y del sistema de la Justicia hasta ahora ni se ha intentado abordar.

Hoy importan mucho más aquellos náufragos ... ¿de la utopía?

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