18 de julio de 2008

EL CALLEJÓN DE LA ALIANZA

Publicado en el Diario Útima Hora el 12 de julio de 2008

El organigrama estatal, sin dudas, es el gran rompecabezas de la Alianza y si no se lo diseña convenientemente podría convertirse en su callejón sin salida.

Los gobiernos latinoamericanos se caracterizan por integrar los cargos públicos de alto rango conforme a las propuestas de las organizaciones políticas partidarias. Por tanto, resulta equivocado criticar a la Alianza en el poder a partir del próximo 15 de agosto por la designación de las personas que ocuparán los puestos principales, con base en el llamado “cuoteo político”. Ahora bien, tampoco esta práctica supone nombrar ineptos, incapaces y corruptos.

Lo que se pretende con este modelo de gobierno es que el Estado esté administrado eficientemente y al servicio del bien común, al tiempo de valorar el aporte de las organizaciones políticas y sociales con gentes idóneas y capaces que las represente en el ejercicio de la función pública. A su vez, resulta equivocado que partidos o movimientos reclamen mayor espacio de poder con la ocupación de cargos por el número de votos o afiliados.

Todos los partidos, movimientos y organizaciones aliancistas se encuentran en igualdad de derechos y obligaciones y esta premisa es aplicable también al servicio público de alto rango en la cadena de mando. Entonces, ¿cual es la salida más viable del callejón que llevará al nuevo gobierno al ejercicio del poder y a la administración del Estado en los próximos cinco años?

Sin dudas saber interpretar que: 1) el administrador general del país es el presidente de la República, por mandato constitucional, por tanto principal responsable por las consecuencias de los actos de gobierno; 2) Fernando Lugo Méndez es quien tiene la lapicera y la responsabilidad de designar a las personas que considera capaces e idóneas para que les acompañen en su labor pues en definitiva será el único responsable por las decisiones que aquellas adopten; 3) Los partidos, organizaciones sociales y movimientos políticos tienen el derecho de proponer a quienes consideran idóneos y capaces para que el presidente los designe; 4) El organigrama estatal debe ser funcional y coordinado y, por tanto, Instituciones que se interrelacionan y trabajan juntas, por su finalidad, deben estar dirigidas por personas que sintonicen ideológicamente y cuenten con una visión compartida del rol que les compete cumplir con base en los objetivos que el programa de gobierno determine para las mismas.

Y es así como debería entenderse el porqué de la dimisión de Milda Rivarola como Ministra de Relaciones Exteriores del nuevo gobierno antes de asumir el cargo. Milda, idónea, capaz, culta, no maleable y con carácter, debió estar en sintonía con los titulares de los Entes Binacionales porque éstos integran la política exterior y son estratégicos para los fines de la Alianza. Carlos Mateo Balmelli, también profesional idóneo, capaz, no maleable, con carácter y tan culto como Milda, de quien se dice incluso ejerció la mejor presidencia del Congreso en lo que va del período democrático, designado titular del Ente Binacional Itaipú, no está en sintonía ideológica con la historiadora dimitente, ni comparte quizá la misma visión de Milda sobre la política energética del gobierno aliancista. El organigrama estatal, sin dudas, es el gran rompecabezas de la Alianza y si no se lo diseña convenientemente podría convertirse en su callejón sin salida.

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